Mi vida en la escuela
Mi formacion escolar comienza en la educacion basica, especificamente en la etapa preescolar cursada en las instalaciones del DIF (Desarrollo Integral de la Familia) en mi natal Irapuato, Guanajuato. México. Tuve la facilidad del acceso debido a la cercania de mi madre por su trabajo dentro de dicha institución. En esta etapa desarrollé las habilidades motoras mas básicas, guíado de docentes sumamete preparadas para el trabajo pedagogico.
De igual manera, cursé la etapa primaria en mi natal Irapuato, esta vez dentro de la institución Adolfo Lopez Mateos donde nació mi amor por los deportes, comencé a practicar futbol como actividad extra-escolar a la edad de 7 años, mientras que a los 9 ya era parte del seleccionado generacional en basquetbol de la escuela, logrando campeonatos a nivel municipal en la rama del deporte rafaga. Ademas, en esta etapa comienza a surgir el interes por la educacion fisica, debido al impacto que causó en mi vida todo lo enseñado por mi maesro de aquel entonces, a quien le atribuyo inclusive, la evolución y el crecimiento que me hacen ser quien soy hoy en día.
La secundaria tuvo lugar en la Escuela Tecnica No.5 donde obtuve el titulo de técnico especializasta en instalaciones electricas, una etapa llena de altibajos debido a los problemas propios de todos los cambios que sufre la anatomia del ser humano en la adolescencia, la reveldia se hizo presente, los las hormonas a tope y los cambios fisicos se vuelven cada día mas evidentes. Esta etapa sirvio como empujon para desarrollarme de mejor forma en el aspecto psicosocial pero afectandome de gran forma en el aspecto conductual. Deportivamente fue una etapa prolifera, afianzando mi gran amor por el futbol y dando paso a un desarrollo motriz mucho mas amplio, lo que a su ez se vio condicionado cuando conocí por primera vez a las lesiones, comenzando con la mas grave de todas, siendo la rodilla derecha la que me contuvo por casi 6 meses.
¡Tu no juegas! Historias de no inclusion
A lo largo de mi trayectoria como estudiante y de mi corto paso como entrenador infantil y maestro en proceso, las historias de "no inclusion" surgen de forma preocupante y evidentemente las formas de llevar cada situacion dependen de la preparacion de cada maestro y de los criterios empleados para poder llevar a buen puerto los problemas ocacionados en durante la sesion.
Cuando somos alumnos no comprendemos los problemas que muchas veces aquejan a nuestro entorno, un ejemplo claro de ello es el bullying que sufria un compañero de mi etapa primaria, el cual atravesaba un caso de pobreza extrema y su apariencia no era la adecuada para un joven en pleno desarrollo social y personal. Los compañeros se aprovechaban de el y en pocas ocaciones permitian que se integrara a las actividades conjuntas, desconozco si los maestros desconocian de esta situacion o si solo lo ignoraban para evitar problemas y precisamente a eso me refiero al hablar de un control de situacion, porque como alumno es dificl llevar la contra a los lideres negativos del grupos, pero como maestro ¿que tan dificil es manejar la disciplina de un grupo? ¿Es mejor ignorar los problemas que confrontarlos? ¿Puede cambiar la vida de un alumno con una pronta intevension docente?
Ahora bien: ¿Qué sucede cuando el alumno presenta dificultades para incluirse con el grupo aun cuando el grupo busca la constante inclusion? Todos sabemos lo dificil que puede ser tratar con alumnos que padecen de alguna enfermedad como lo es el autismo, sindome de Down, deficit de atencion, problemas de ansiedad o atención, etc. En mi caso, tuve la oportunidad de tratar durante mis primeras practicas docentes impartidas en una institusion prescolar, con alumnos padecientes de paralisis cerebral y otros cuantos con autismo, lo que resulta sumamente complicado al tener un comportamiento herratico eh impredecible, causando alteraciones durante la sesion o distracciones constantes por su comportamiento. Un alumno con autismo puede trabajar de manera perfecta asi como correr a esconderse en el salon y en este caso si es mas comprencible que los maestros no intevengan a modo de replesaria para hacer sentir a los alumnos que forman parte de un grupo y unirlos de poco en poco con un entorno escolar que lo acepte y lo quiera con la pasiencia y la comprencion que todo ser humano merece.